“Nuestra fortaleza entera se basa en la validez de esa visión. O sucedió o no sucedió; si no ocurrió, quiere decir que esta obra es un fraude; si ocurrió, quiere decir que es la obra más importante y maravillosa debajo de los cielos.”- Gordon B. Hinckley Oct. 2002
Hay una sola
mujer que recuerdo más que a nadie, la vi por primera vez un soleado sábado, el
13 de noviembre de 1999, recuerdo donde estaba sentado cuando pasó frente a mí,
recuerdo con quién estaba sentado y hasta recuerdo sus jeans desgastados y su
playera blanca de manga larga con unas franjas en azul rey. Estudiábamos en un internado; yo comía en el
comedor de dicha institución y ella debía haberlo hecho en su propia casa, sin
embargo esa noche fue a cenar al mismo comedor donde habitualmente yo iba.
¿Por qué platico esto?
Hay eventos
en la vida de un hombre que son imposibles de olvidar, así como recuerdo ese
hecho con tanta claridad aún a casi más de 15 años de haber sucedido hay
algunas otras cosas que recuerdo perfectamente.
A lo que
quiero llegar es a lo siguiente: Si hace 15 años se me hubieran presentado Dios
y Jesucristo en una visión de ninguna manera podría olvidarlo, no cambiaría
ningún detalle a través de los años y por supuesto que lo registraría en mi
diario.
No sé si José
Smith recordaría el día que conoció a Emma (o a alguna de sus otras 50
esposas), lo que sí sé es que el dijo haber tenido una visión celestial de la
cual no hubo registro alguno hasta 12 años después.
Lo que se nosenseña en la iglesia es que José Smith escribió que en la primavera de 1820
hubo un renacimiento religioso mencionando a presbiterianos, metodistas y
bautistas; que al encontrarse leyendo la biblia se topó con la epístola de
Santiago en la cual se menciona que si alguien tiene falta de sabiduría puede
pedirla a Dios quien la da abundantemente, así que según las charlas
misionales, las clases de escuela dominical, clases de seminario e instituto,
así como todos los discursos de autoridades generales nos cuentan actualmente; José
Smith se retiró a una arboleda a poner a prueba las palabras de Santiago,
preguntó en oración a cual iglesia debía unirse; como respuesta recibió la
visita de dos seres celestiales, el Padre y el Hijo, quienes le dijeron que no
debía unirse a ninguna puesto que todas estaban equivocadas. José Smith empezó
a ser perseguido por hablar con otros acerca de su visión.
Existen por
lo menos 9 relatos del (supuesto) acontecimiento conocido como “la primera
visión” cada cual con diferentes detalles y situaciones.
La primera de
la cual se tiene registro tuvo su origen en el año de 1832 (12 años después de
que esta supuestamente ocurriera) y en ella solo se menciona que un personaje
se le apareció, no menciona ni al Padre ni al Hijo ni numerosos concurso de
ángeles. Esta visión tiene enormes similitudes con otras epifanías registradas
en los tiempos de Smith. En esta versión menciona que sus pecados le fueron
perdonados y que tenía 15 años cuando sucedió.
En la versión de 1835 menciona un pilar de fuego, huestes de ángeles, dos personajes y que
sus pecados fueron perdonados; pero no menciona a Jesucristo ni a Dios Padre;
esta versión de la visión la recibió según él a los 17 años.
Existe otra versión de 1835 en donde no concuerda en nada con las demás solo en la parte de
la hueste de ángeles.
Y la última
comentada en esta entrada es la versión adoptada como oficial, la cual data del
año 1838 que es la más conocida y en la cual se omitieron el pilar de fuego y
las huestes de ángeles.
Como podemos
ver la iglesia está fundada en verdades a medias y mentiras; en cambios
retroactivos que se han ido haciendo a lo largo de su evolución.
Ahora ya
sabes un poco más acerca de la verdad, ya tienes más que los cuentos de hadas
que te han contado; eres un poco más libre y tomarás tus decisiones de manera
más consciente.